Te quiero, estas palabras no reflejan todo lo que siento,
Te amo, estas palabras se quedan pequeñas a lo que hay en mi corazón
Parece confuso lo sé, y confieso que lo es hasta para mí, lo es, porque cada día que pasa, algo en mi mente me dice, que me pare de la cama, para pensarte, sin saber que soñé contigo toda la noche.
Cada día, se vuelve un tormento, con solo mirarte a través de mis pensamientos, porque me pongo a pensar que desde el día que te deje de hablar, para supuestamente, no traicionar nuestra amistad, no volviste a escribir o incluso no te atreviste a llamarme. En mi cabeza, solo está la pregunta, “¿Por qué?”, y es que parece loco, pero a pesar de que un pasado fuimos algo, ni siquiera tengo el valor para describir, lo que supuestamente se tapó con una amistad.
Pensar que, me esforcé cada día por sacarte una sonrisa, aunque no la viera, me imaginaba, que con las tonterías que te decía, te hacia mover tus labios, y que se forme ese hoyuelo en tu cachete.
Razonar el por qué, de quedarme hasta tarde, pendiente de si respondías los mensajes, diciéndole a mi corazón, “es tu amiga, tienes que estar ahí siempre”.
Mirar el pasado, y pensar que te di todo el apoyo, que necesitabas, o que yo me imaginaba que te estaba dando. Para solo llegar a la certeza, que solo hacia crecer un sentimiento que no tendrá futuro.
Al leer, tus problemas, tus situaciones, que pasabas, tanto sola, como con tus novios que tenías, me pongo a pensar y me digo a mi mismo, que solo hacía más grande el deseo de estar a tu lado.
Ver tus respuestas a las preguntas de un test, que me hicieron pensar o desear en mi corazón, que esa respuesta fuera realidad, ya que, tu respuesta era que en otras circunstancias serias mi novia. Ese momento, se convirtió en una combinación de emociones, pero sabía tu respuesta, pero sé que difícilmente se haría realidad.
El darte consejos, disfrazados de amistad, cuando lo que anhela este corazón, es que seas más que eso.
El salir a correr o caminar y detenerme para responder o escuchar tus mensajes, se convirtió en un placer que no me cansaba de hacer.
El molestarte, por tu voz, para al final decir, que es lo mejor que me gusta escuchar.
El alagarte siempre por las fotos de perfil que ponías de ti, que, aunque siempre decías que era fea, yo solo y simplemente te decía “Sales guapa”. Sé que parece tonto, pero era lo único que podía decir.
El pensar que solo verte caminar por la calle, era lo que necesitaba para estar tranquilo el resto del día.
El mirar el atajo, para tu casa, que no me cansaba de mirarlo y decir “por aquí ha pasado” y preguntarme “¿habrá llegado a su casa ya?”. Que irónico ¿no?, pero que puedo decir, de un sentimiento que empezó el primer año de estudio, no se había ido y que está cubierto por una amistad.
El recordar, la única vez que fui a tu casa, recuerdo todo, tú estabas con tu casaca color piel, pantalón yin, y tus zapatillas color crema. Yo estaba nervioso, pero lo disimulaba con una sonrisa estúpida. Mirarte a los ojos, verte caminar a mi lado, era lo mejor que sentía en ese momento. Luego, subir al segundo piso, donde era tu casa, paredes verdes, puerta marrón, mesa rectangular, junto a tu pequeño escritorio, donde estaba tu computadora.
Parece loco, o hasta un poco sicópata, si lo ves de esa perspectiva, pero es difícil olvidar los detalles, de las cosas, cuando te importan mucho.
Al escribir esto, no puedo evitar, escuchar tu voz, y tu risa en mi cabeza, o recordar cómo, eras cuando te molestaban, la forma en que le pegabas el brazo a la persona que te molestaba, o las forma en que corrías, para perseguir a una persona.
Es difícil, ordenar todos los momentos, pero tan fácil recordar cada detalle de ellos que, aunque tal vez no sean muchos para ti, para mí nunca se acaban.
Para serte sincero, me siento como mujer, jajaja, pero no me malinterpretes, pero es que siempre se ha dicho, que solo las mujeres tienen buena memoria o que nunca olvidan las cosas, y no sé por qué, pero yo no olvido nada.
Tal vez, sea amor, tontedad, o el valor que le doy a las cosas, pero no puedo dejar en el olvido algo que simplemente me hace lo que soy.
Pero de algo que estoy seguro, es que, por más, que luche por olvidarlo, no podré, porque, así como no se puede desprender el corazón de las venas, mis recuerdos no se pueden desprender del amor, porque las venas dependen del corazón, y mi amor depende de mis recuerdos, que son imposibles de quitar. Y aquí, vienen los que dicen que “uno olvida lo que quiere olvidar” y yo quise olvidar, lo intenté, una y otra vez, pero no pude.
Pero que puedo hacer, toda la amistad que hubo, que, si bien es cierto, me ayudó mucho, porque me regañaste, me consolaste, me aconsejaste, y sí, estaré siempre agradecido, pero no podía evitar que cada una de estas cosas, hacía que este sentimiento crezca sin control.
Por eso, te deje de hablar, porque no podía traicionar, tu pensamiento de que solo soy tu “gran amigo” por un amor que seguramente, no corresponderías, porque se que no siente nada aparte de la amistad por mí.
Y esté bien, lo respeto, y no quiero culparte, tampoco, es mi objetivo hacerte daño, pero simplemente me aleje porque te quiero, y no quiero que estés o te sientas entre la espada o la pared, porque no te lo mereces, eres lo suficientemente especial para mí como para darte un problema del que no eres responsable.
A pesar de que no te hable, a pesar de que no me hables, a pesar de que no sientas lo mismo, a pesar de que no sepas de mí y yo tampoco de ti. Me siento feliz, sí, y ¿Por qué? Te preguntarás, y la respuesta es sencilla y compleja a la vez. Y es que es porque “te amo”, y amarte me hace feliz, porque mi corazón no decidió amarte con el objetivo de tenerte, simplemente quería amar, y amar de verdad, y no solo temporal.
Ahora las palabras “Siempre estaré para ti”, se convirtieron en un bonito recuerdo, pero que es la verdad, a pesar de que ya no haya comunicación, siempre miraré al cielo al lado de la luna y las estrellas, para repetir estas palabras, vez tras vez e imaginar que me estás escuchando.
Te quiero y Te amo, palabras que como dije al principio, se queda muy pequeñas para ocultar lo que hay en este corazón, pero, después de todo esto, te doy las gracias.
Gracias por existir, gracias por a haber llegado a mi vida, aunque solo haya sido solo 4 años con dos meses, 7 días y 1 hora y que seguirá corriendo el tiempo, y que siempre pensaré en ti con solo mirar al cielo, o solo cerrar los ojos.
Gracias por darme la oportunidad de amar y de amar de verdad.
Y sí,
Te quiero
Te amo
Palabras de vida, palabras que describen solo una parte de lo hay en mi corazón, palabras que te reflejan a la perfección, palabras que no me cansaré de decirte en mis sueños y desvelos, palabras que hacen que mi vida tenga sentido y palabras que hacen que tenga siempre una motivación para sonreír.
Una Historia De Amor
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