La conocí en la escalera, en un mar de carretera, andaba sola y perdida, con ganas de hablar con cualquiera. Era de noche y a oscuras, rose su pequeña cintura, sintieron todas las ganas de perder la cabeza en la luna. Locos se comieron la boca, perdiendo la sonrisa sonroja, por la felicidad que se derrochan, las frágiles hojas se desvanecían en las tinieblas de las entrañas, controlando su el frió con el calor nuestro cuerpo, queríamos ser la luz de la mañana, poniendo la excusa de tener frío. Locos nos dimos la cuenta y nos dimos que era misterioso el paradero de su cartera, no bastando ser mi princesa por un velada, demostrando ser mi amanecer enamorado. Quédate conmigo para bajar la ....escalera....